Hoy en día recibimos mucha información de qué podemos comer para mejorar nuestra salud, pero no todo es acertado e incluso a veces es contradictorio… Que si la cúrcuma es el mejor antiinflamatorio que hay. Que si el gluten es la proteína vegetal que todos deberíamos eliminar de nuestras dietas. Hay incluso algunos estudios que afirman que el café es perjudicial para la salud mientras que otros, por el contrario, dicen que puede reducir en un 20% el riesgo de padecer Alzheimer. ¿Y bebiendo 2 litros de agua al día podré llegar a los noventa años? También podemos hacer una lista de alimentos de nombres impronunciables que nos prometen alcanzar los cien años: Açaí, moringa, semillas de chía, té matcha, el hongo reishi o hasta chupitos de zumo de césped.

Pero, ¿sabemos realmente cómo alimentarnos para mejorar nuestra salud? Los estudios sugieren que existe una relación entre una mala alimentación y el desarrollo de las enfermedades crónicas más comunes que, además, están ligadas a una alta mortalidad. Adquirir un patron de alimentación y hábitos saludables.

Claves para disminuir la probabilidad de enfermar o de algunas enfermedades

Aunque es difícil obtener conclusiones concretas sobre qué dieta es mejor, los estudios evolucionan constantemente, sabemos que la dieta mediterránea favorece una buena salud, y por tanto, un menor riesgo de enfermedad.

También sabemos que la mayoría de causas de muerte actuales están estrechamente relacionadas con factores de riesgo evitables. Concretamente, la OMS identifica los siguientes factores como claves para desarrollar enfermedades crónicas ligadas a la alimentación y el ejercicio físico.

-Un alimentación desequilibrada
-La obesidad
-El sedentarismo
-El tabaquismo y el consumo de alcohol
-La hipercolesterolemia
-Consumo insuficiente de frutas y verduras.

Conclusiones en base a investigaciones en salud

Evitar el sobrepeso y mantenerse activos durante toda nuestra vida tendrá importantes beneficios para nuestra salud.

-Evitar el consumo de ácidos grasos trans presentes en los aceites vegetales parcialmente hidrogenados.

Consumir cereales y granos integrales o mínimamente refinados por su alto contenido en fibra. Evitar almidones y azúcares refinados, así como las bebidas azucaradas.

Consumir variedad de verduras y frutas abundantemente a diario.
-Reducir el consumo de carne roja¿Las alternativas? Carne blanca, pescado, huevo, legumbres y frutos secos.

-Los productos lácteos no son esenciales, consumir si se desea de forma moderada

-Reducir el consumo de sal.

-Evitar el consumo de alcohol

En Traumadepor contamos con servicio de Nutrición y Dietética que está dirigido por Alba Moratalla, Diplomada en Nutrición Humana y Dietética y Licenciada en Farmacia.

Llámanos si quieres mejorar su salud a través de la alimentación.